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El período de los años 90, se recuerda como una de las etapas más difíciles en la historia del colectivo navarro. La implantación de un cambio organizativo desterró los problemas heredados de la década anterior y principios de ésta, dio frutos y se tradujo en un esperanzador futuro que dará como resultado el fortalecimiento del grupo en el Bando Cristiano y la consolidación definitiva del grupo navarro en las Fiestas. Las distintas gestiones realizadas por las directivas durante este periodo llevaron al incremento del número de componentes, y la suerte hizo que una nueva generación de jóvenes sin vinculación festera se integraran en el colectivo aportando nuevas ideas y proyectos que junto a la experiencia de los más veteranos marcó la línea a seguir en los siguientes años. Esta acertada política, junto a la reaparición del subgrupo femenino de las Damas de Navarra, en 1992, y el de Infantes de Navarra, en 1994, significaron una piedra de toque en la estructura y actividad del conjunto que aportaron fuerza, ilusión e impulso vital para el colectivo matriz. La presencia de tres numerosos bloques en procesiones y desfiles aportó al grupo navarro un nuevo valor y consideración dentro del Bando Cristiano, proyectando una nueva imagen totalmente distinta a la que hasta entonces se relacionaba con el Grupo de Navarra en Caravaca de la Cruz.


La crítica situación económica del grupo en la primera mitad de los 90 fue dirigida por las juntas directivas y orientadas hacia la consecución de nuevos recursos económicos que pudieran paliar la escasez del momento. Inicialmente se apostó por la reducción de gastos y la organización de diversas rifas y sorteos que volvieron a repercutir en los componentes y provocaron bajas y excedencias. Junto a estas actividades, varios componentes se volcaron en la organización de un concierto musical de los grupos “Anónimos” y “Los Gatos Locos” en el Pabellón Festero que se realizó el 24 de marzo de 1990. Esta apuesta musical también resultó contraproducente para los intereses económicos del Grupo, pues aunque hubo una buena entrada, el lluvioso día ahuyentó a aficionados y simpatizantes que en otras circunstancias hubiesen asistido dada la gran popularidad que en aquellos años tenía dichos conjuntos de cara a la juventud. Este cúmulo de contrariedades implicó reconducir los proyectos del grupo, prescindiendo de algunas actividades festeras y a realizar nuevas gestiones para agilizar nuestra economía e incrementar el número de componentes, así como solicitar una ayuda económica al Bando Cristiano y el necesario permiso para participar en los desfiles procesionales de Cuevas de Almanzora en Almería.


Aún así, a pesar de que las enormes dificultades económicas se mantuvieron, los gastos en música, vestimenta, comidas festeras y refugios, junto a los costosos actos festeros organizados por el grupo ahogaban al colectivo y provocaron el “arrastre” de sucesivos déficit y derramas, cada vez más cuantiosas. Esta situación no se solventaría hasta finales de la década, donde se impone la necesidad de reestructurar el anticuado sistema económico por el que nos regíamos.


De este modo, durante los 90, se gesta una nueva ordenación interna del colectivo donde, a pesar de seguir recibiendo ayudas del Bando Cristiano, prima la autofinanciación por cuotas amoldadas a las necesidades y edad de los componentes. Como la mayoría de grupos festeros, se apoya decididamente el acceso de nuevas generaciones integradas en subgrupos infantiles y juveniles como cantera para su acceso, en unos años, al grupo matriz. Igualmente se busca la creación de subgrupos femeninos que a la larga supondrán una revolución en la forma de entender la fiesta. En nuestro caso, fue en 1992 cuando un nutrido grupo de bellas jóvenes caravaqueñas se dirigieron a la junta directiva para solicitar su participación como subgrupo femenino de Navarra, siendo apoyadas en todo para su consolidación en la fiesta caravaqueña. Un año más tarde, un grupo de quince jóvenes, los que solicitaron la colaboración necesaria para la creación del Grupo de Infantes, al cual, al igual que al grupo de Damas se aporta la máxima ayuda y colaboración. A finales de los 90, tras una acertada gestión de la directiva que facilitó su “salto” al grupo matriz, una amplia representación de infantes se integraría en el grupo principal provocando la aparición de nuevos jóvenes sustitutos de aquellos y la consolidación definitiva del grupo de los Caballeros de Navarra en los inicios del siglo XXI.


La ampliación del número de componentes integrantes en el grupo principal y dos subgrupos de Navarra llevó a comenzar a plantearse una nueva organización capaz de regular las relaciones entre los colectivos y componentes de los mismos. Así, ya en 1993 y 1994 se comienza a plantear la necesidad de constituirnos en Asociación Cultural y dotarnos de unos estatutos válidos que regularan la mejor convivencia entre todos, que hasta entonces estaba basado en los usos y costumbres del momento. Pero no sería hasta el 24 de septiembre de 1997 cuando estos derechos y deberes quedaran regulados al constituirnos como Asociación Cultural con alta en el Registro de Asociaciones de la CCAA de la Región de Murcia. Acuerdo que se adoptó por unanimidad de todos los asistentes comenzando la reorganización estructural del grupo.


En la segunda mitad de los 90 comienzan a verse los frutos del trabajo realizado hasta entonces. El incremento de componentes en el grupo, ahora compuesto por infantes, damas y caballeros, comienza a plantear la necesidad de recuperar el concepto de refugio como Sede Social. Según podemos observar de la lectura de los libros de actas, en 1995 comienzan a surgir las primeras solicitudes acerca del arrendamiento de un local de reuniones para la asociación, viéndose cumplidos estos deseos en 1996, año en que se arrendó uno sito en la calle Lonja y que con su uso propició una especial vinculación entre todos los navarros y navarras siendo utilizado para la celebración de distintas fiestas anuales que debido al buen ambiente acercaron a nuestro colectivo a gran cantidad de amigos y familiares, hasta incluso la creación de la peña miguera “Navarros con tajás”, con la que participamos en los Certámenes de Migas durante los años de 2000 a 2004.


Desde el punto de vista festero, durante los primeros años de los 90, el grupo de Caballeros de Navarra continúa participando en desfiles y procesiones junto a la cábila Almorávides, compartiendo la Banda de Música de Palomar, hasta que en 1995 se acuerda contratar música para todos los días de las fiestas contando con la Agrupación Musical de Santa Bárbara de Bolbaite. Hacia estas fechas, se estrechan lazos de amistad con la renacida cabila de Los Rifeños desfilando junto a ellos hasta el 2002, año en que pasamos a desfilar conjuntamente con nuestro grupo de Damas de Navarra.


Entre los eventos importantes de esta década queremos destacar de forma preferente la celebración del XXV Aniversario, en 1990 y la posterior celebración del XXX Aniversario de la Fundación del Grupo Caballeros de Navarra, que se debió celebrar en 1995 y, por condicionantes económicos, fue pospuesta para las prefiestas del siguiente año. Así en el ejercicio 1995-1996 se crea la vocalía dedicada al efecto y se proponen distintas actividades para promocionar el treinta cumpleaños de nuestro grupo que se plasmarían en la organización de una Cena-Gala celebrada el sábado 13 de abril de 1996 en los Salones del Restaurante Los Viñales y donde, tras un arduo trabajo de localización, se cursó invitación a todos los fundadores del Grupo, familiares de los ya fallecidos, ex componentes representativos y otras personas que habían destacado por su colaboración con los Navarros en el transcurso de su historia. Fue una inolvidable velada a la que también asistieron los Caballeros, Damas e Infantes de Navarra y a la que también acudió una representación de la directiva de los Caballeros Templarios que regaló un pergamino con jocoso texto de felicitación que hoy cuelga en lugar privilegiado en la Sede Social del Grupo.


Otro hecho relevante del que debemos dejar constancia fue la presentación de la Marcha Cristiana Caballeros de Navarra compuesta por D. Ignacio Sánchez Navarro y que fue presentada el día 22 de abril de 1990, en el transcurso del Concierto de Música Festera realizado por la cábila Abul Khatar. Esta magnífica obra musical supuso un gran éxito dentro de la música Festera que aportó personalidad y fama a los Navarros de Caravaca, convirtiéndose al poco tiempo en una pieza muy codiciada, dentro de los ambientes festeros tanto de nuestra ciudad, como de otras muchas poblaciones del Levante español integradas en la UNDEF (Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos).


Finalizando los años 90, el rápido incremento de las cuotas y el mantenimiento de actividades contraproducentes para los intereses del grupo, reflejadas en el aumento de los gastos, acrecentaron el malestar de los componentes provocando la celebración de reuniones donde se impuso el criterio de eliminar el déficit acumulado e iniciar una nueva etapa iniciada desde cero y con una reorganización profunda en la gestión económica del grupo, basado en la implantación de un calendario de pagos de cuota que finalmente sería asumido por todos los componentes y será la base de una estructura económica organizativa que nos llevará a evitar los altibajos que hasta ahora habían sido la tónica general en los presupuestos. Esta nueva política de funcionamiento fue adoptada por las nuevas juntas directivas durante los siguientes años y provocó un rápido crecimiento del número de componentes que aportaron nuevas ideas y proyectos materializándose en una fuerte estructura interna de funcionamiento, el planteamiento y consecución de metas y objetivos a largo plazo.


Durante los noventa, ostentaron la presidencia del grupo Caballeros de Navarra D. Mateo Marti Hurtado (1989-1991), celebrando 14 reuniones de grupo, D. José Sánchez Sánchez “Colorao” (1991-1993) celebrando 8 reuniones, D. José Sánchez Sánchez “Gordini” (1993-1999), realizando 45 reuniones bajo su mandato y finalmente D. Mateo Marti Vigueras (1999-2003).


Durante estos años, el grupo desfiló con el traje bicolor hasta 1992, el traje de terciopelo rojo con cruz en plata y capa negra, reformado en 1992 añadiéndole un nuevo casco y hombreras metálicas.

1966 - 1969 1970 - 1979 1980 - 1989 1990 - 1999 2000 - 2009 2010 - 2015

AÑOS 1990 - 1999